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Foto del escritorSebastián Ávila

Lo que no nos dicen de ir a Psicoterapia

Por: Sebastián Ávila Sánchez

Psicólogo clínico y de la salud con orientación psicoanalítica.



La terapia psicológica en los últimos meses se ha empezado a viralizar como un espacio de expresión y trámite de angustias. También dicen por ahí, que es un espacio de plenitud, de amor propio, donde todo aparentemente es placer. Muchas de estas palabras, que a mi percepción son definiciones y significantes de lo que es ir a terapia psicológica, son verdad. Sin embargo, esta verdad debe ser integrada y ubicada en el plano real, desdibujando imaginarios que muchas veces son los causantes del abandono del proceso terapéutico.


Hay un refrán de abuelas que puede invitarnos a comprender un poco esta incógnita de ir a sentarse a hablar con un otro que ha estudiado y se ha preparado para escuchar los problemas, las angustias e incluso las alegrías de quien lo visita por necesidad o por obligación, aquí va: “el ojo solo mira para afuera y no para dentro”. ¿A qué les suena?, a mi como psicólogo me suena a algo que se sale del significado cultural otorgado al refrán, y explica justamente lo que es ir a psicoterapia. Me suena a que ir a hablar de sí mismo implica antes que placer, un dolor significativo. Decir lo que no se ha dicho genera en nuestro cuerpo muchas veces una sensación de malestar, de culpa, de ahí que aparezcan las lágrimas, las manos empuñadas de rabia, los ojos en llamas. Después de todo esto, seguramente aparece la saciedad, la tranquilidad y la búsqueda del camino hacia la plenitud.


Pero todo no acaba ahí, expresar no es lo único que se logra en psicoterapia. Que ese otro sentado con pierna cruzada te escuche y asiente la cabeza para generar sensación de comprensión, no es lo único que hace. Los roles muchas veces se intercambian, como en cualquier conversación, el que va a que lo escuchen también deberá escuchar, y quienes escuchamos también debemos hablar. Así funciona.


Cuando el que es escuchado habla, muchas veces lo hará desde su punto de vista y muy pocas veces tendrá en cuenta los ojos del otro, esto no deberá ser leído como si el que va a psicoterapia está mal, y el Psicoterapeuta es una deidad que para todo tiene solución, sino una forma para iniciar un proceso de cambio y transformación del mundo interno que nos permita experimentar distinto lo que pasa fuera de nosotros. De ahí la importancia de estar preparados para no solo ir a hablar.


Ese que te escucha, te esta escuchando distinto, y es desde ahí que puede hablar y expresar su punto de vista a la luz de teorías y experiencias, a veces eso que te dice el que te escucha es molesto, no lo esperabas venir, y sales con una sensación que dista del placer, la plenitud, y la tranquilidad que te fue prometida desde un principio. ¡Por favor no lo tomes a mal, tampoco personal! No fue dicho en ese sentido, fue dicho en aras de que te fueras pensando y que vuelvas con la motivación de escucharte a ti mismo/a, para que puedas ver luces a través de las palabras que estás utilizando para expresar esa visión que tienes del mundo, de tu historia, y en ese sentido, puedas darle otro significado que te ayude a encausar el deseo, la motivación y las ganas de seguir viviendo en bienestar.

La travesía de pasar por psicoterapia tiene un costo, y no hablo del económico, sino de uno que se liga a sensaciones pesarosas y poco agradables, no obstante, aseguro que habrán otras en las que saldrás con una sonrisa, una carcajada, una sensación de haber comprendido algo que creías imposible de comprender, una carga menos, una claridad ante una situación que parecía nunca resolverse, en fin, la travesía de ir a psicoterapia se trata de llevar lo vivido a un lugar donde se revive y se transforma a través de las palabras, donde se intenta no volver a repetir lo inculcado por otros, donde se busca la propia singularidad.


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